El elogio de un entusiasta Bibliáfilo.

La Biblia

(Por Rafael Pineda Ponce, en latribuna.hn)

La santa Biblia de los cristianos, El Quijote, la Divina Comedia y la Constitución de la República, son libros permanentes en mi mesa de trabajo; ellos me orientan, me inspiran y me reprenden cuando he perdido o estoy a punto de perder el camino correcto.

Los cuatro, si fuesen ocho o su múltiplo exponencial, es decir las bibliotecas del mundo, caben en uno solo, en cuanto a fuente de sabiduría, verdad y virtud; la santa Biblia, cuyas supremas enseñanzas serían suficientes, si las pusiésemos en práctica, para la convivencia humana en un mundo de respeto mutuo, de paz, amor, solidaridad y tolerancia.

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Por lo tanto, si alguien nos pregunta, qué es la Biblia, respondamos:

La Biblia es la luz
del mismo Dios soberano;
es la carta del arcano
y la espada de Jesús.

Vivo espejo de la cruz,
manantial de vida y ciencia,
libro de mundial influencia
que al leerlo con fruición,
purifica el corazón
y alumbra la conciencia.

Sus letras destilan gozo,
su mensaje es el amor,
es la joya del Creador
del invicto Jehová,
siempre ha sido y será
de los libros el mejor.

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