Desde el siglo XXI : San Pablo confirma la historicidad de la Biblia.

A nadie le extrañaría que San Pablo pusiera la mano en el fuego por la historicidad de la Biblia; ¿pero que lo haga desde el siglo XXI...?

Pues sí, son sus reliquias. Algo similar a lo que hizo San Juan Bautista, de lo que ya nos hicimos eco en biblicamente.org

En el caso de Pablo la noticia no es de “rabiosa actualidad”, pues los primeros indicios aparecieron en los inicios de este siglo, cuando se descubrió un sarcófago bajo el altar de la basílica de San Pablo en Roma. Entonces ya se especuló con la idea de que fuesen los restos de San Pablo, pero todo quedó pendiente de estudios por parte de los expertos.

El siguiente capítulo de esta historia sucedió en 2009, cuando el mismo Papa Benedicto XVI anunció la confirmación de que los restos del sarcófago pertenecieron a alguien que vivió en el siglo I o el siglo II. Para llegar a esta conclusión se tuvo que realizar un pequeño agujero en el sarcófago e introducir una sonda. Se encontró tejido de lino de color púrpura laminado en oro y otro de color azul con filamentos de lino, granos de incienso rojo y sustancias proteicas y calcáreas. También se hallaron pequeños fragmentos óseos, que fueron sometidos a la prueba del carbono 14.

Al igual que en el caso de Juan el Bautista, mi opinión es que estas reliquias confirman la historicidad de la Biblia al margen de si los restos pertenecieron realmente a Pablo de Tarso. Aunque la verdad es que no hay motivos para sospechar que los restos fuesen fraudulentos: Pablo fué decapitado en Roma, y no es de extrañar que los discípulos guardasen sus restos. La confirmación que el carbono 14 da sobre la antigüedad de los restos da mas credibilidad a esta posibilidad.

Pero aún poniéndonos en el peor de los casos, supongamos que los restos no fuesen de Pablo. Aun así, lo que es indiscutible es que los restos pertenecieron a alguien del siglo I o II. Esto descarta que los restos fuesen un fraude de siglos posteriores. Porque... ¿de donde iban a sacar los farsantes los restos con la antigüedad adecuada para simular que eran restos del siglo I o II. Téngase en cuenta que hasta el siglo XX no se podía datar la antigüedad de los restos orgánicos, por lo que era imposible elegir restos con la "adecuada antiguedad" como para pasarlos por verídicos en lo que a antiguedad se refiere.

Así, pues, si los resultados de las prueba del carbono 14 son correctas, la recopilación de los restos humanos se realizó en fechas cercanas a la muerte de Pablo, bastante antes de la fecha en la que se oficializó el cristianismo por iniciativa del emperador Constantino I (en el siglo IV, por el edicto de Milán).

Esta conclusión es la que realmente confirma la historicidad de la Biblia, pues aunque los restos no sean de Pablo, es indudable que si alguien se preocupó entre los siglos I y II de recopilar restos humanos y atribuirlos (fraudulentamente) a Pablo, es porque por aquellas fecha Pablo era un personaje real y conocido en su función de apostol entre los cristianos. No tendría ningún sentido guardar restos humanos, salvo que se pudiesen relacionar con algún personaje popular. Y este Personaje no era otro que Pablo, el que escribió la mayor parte de las epístolas del Nuevo Testamento y que protagonizó la mayor parte de los relatos del libro de los Hechos de los Apóstoles.

Una vez más, se confirma la hitoricidad de la Biblia.

Más información, en el vídeo que sigue: