"Nuevos" manuscritos encontrados en el desierto de Judea.

Me refiero a “nuevos” en lo que concierne a su descubrimiento, puesto que viejos bien que lo son, ya que tienen dos milenios de antigüedad. Y es que tenía razón Amir Ganor cuando a fines de 2016 afirmaba que aún quedaban muchos manuscritos por descubrir en el desierto de Judea. Y efectivamente, fue un acierto el lanzamiento de la campaña de búsqueda por las muchas cuevas sin explorar que aún quedaban en dicho desierto.

Bueno, sin explorar por parte de las autoridades judías, puesto que los contrabandistas bien que lo hacían, motivo por el cual se alarmaron las autoridades y decidieron emprender la campaña de nuevas exploraciones. (Puedes leer el post que hice a propósito de esa iniciativa pinchando aquí).

Exploraciones que no han llegado a su fin, pues informa el profesor Eitan Klein (de la Autoridad de Antigüedades de Israel [IAA]) que aún quedan entre el 30% y el 40% de la zona de interés sin explorar. Según informa a “The Jerusalem Post”, se han revisado (que no excavado) unas 600 cuevas, pero aún quedan cientos por revisar. Hasta ahora se han realizado excavaciones en 12 cuevas, quedando de las prometedoras unas 15 o 20 pendientes de excavar.

Los restos de documentos encontrados estaban en la Cueva de los Horrores (por lo de los 40 esqueletos allí encontrados). Tras los documentos descubiertos hace unos 60 años (los famosos “Manuscritos del Mar Muerto”), estos son los primeros desenterrados en cuevas de la zona en “excavaciones legales”, pues los contrabandistas ya exploraron otras cuevas, según vimos en el post que mencioné más arriba.

Lo identificado hasta ahora incluye trozo de Zacarías escrito en griego antiguo: “Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová”. (Zacarías 8:16-17, Versión RV60). También de Nahum: “Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan. ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas”.  (Nahum 1: 5-6, Versión RV60).

Aunque los trozos de manuscritos encontrados hasta ahora no alcanzan ni mucho menos el volumen ni el relativo buen estado en que se encontraban los hallados a mediados del siglo pasado, lo rescatados ahora cuentan con una considerable ventaja sobre los anteriores. Me refiero a los grandes avances que los expertos en el tratamiento, conservación e interpretación de los textos han conseguido en los últimos años.  Según el Doctor Oren Ableman, hoy día se pueden identificar e interpretar textos en soportes tan deteriorados que hace algunos años se consideraban irrecuperables.

Además de trozos de manuscritos, también se han encontrado los restos de una niña de unos 6.000 años de antigüedad y monedas de hace unos 2.000 años.

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