La Biblia desde el siglo XXI

Las bullas de Baruc, que no el sello

29.01.2023 00:00

Vuelvo a centrarme en otro personaje bíblico del que la arqueología también ha desenterrado evidencias de su verdadera existencia allá por el siglo VII antes de Cristo. Se trata de Baruc, que da nombre a uno de los libros deuterocanónico que se pueden encontrar en las ediciones católicas de la Biblia.

 

Baruc en la Biblia

En la Biblia se mencionan a dos personajes llamados Baruc: El hijo de Nerías, amigo y colaborador del profeta Jeremías (entre los siglos VII y VI antes de Cristo). Y el hijo de Zebai coetáneos de Nehemías (siglo V antes de Cristo), mencionado por su colaboración en la restauración del muro de Jerusalén (Nehemías 3:20). Más adelante, en Nehemías 10:6 vuelve a mencionarse a Baruc por firmar el pacto para el cumplimiento de la ley, pero sin especificar cuál era su padre. Supongo que se trata del mismo Baruc, al igual que el mencionado en Nehemías 11:5 como padre de Maasías.

Hoy nos interesa el Baruc, hijo de Nerías y colaborador de Jeremías:

Era de una familia importante, pues su hermano Seraías estaba en la corte del rey Sedequías como camarero principal (en Jeremías 51:59, además de mencionar su oficio se especifica que era hijo de Nerías, igual que Baruc). Por otra parte, el historiador Flavio Josefo también menciona que este Baruc era “…de una familia muy ilustre y muy entendido en la lengua nacional”. (Antigüedades de los judíos, Libro X, Cap. IX. apartado 1º)

Jeremías tenía muy buen concepto de él, pues le confió la custodia del contrato de compraventa de una heredad que compró a su primo Hanameel: “Y di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito la carta de venta, delante de todos los judíos que estaban en el patio de la cárcel. Y di orden a Baruc delante de ellos, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Toma estas cartas, esta carta de venta sellada, y esta carta abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conserven muchos días”. (Jeremías 32:12-14. Puedes leer todo el relato de la compraventa en Jeremías 32:6-14).

Ejerció como escriba del mensaje de Jeremías: “Y llamó Jeremías a Baruc hijo de Nerías, y escribió Baruc de boca de Jeremías, en un rollo de libro, todas las palabras que Jehová le había hablado…. Preguntaron luego a Baruc, diciendo: Cuéntanos ahora cómo escribiste de boca de Jeremías todas estas palabras. Y Baruc les dijo: El me dictaba de su boca todas estas palabras, y yo escribía con tinta en el libro.”. (Jeremías 36:4, 17-18). Y También ejerció como portavoz del profeta: “Después mandó Jeremías a Baruc, diciendo: A mí se me ha prohibido entrar en la casa de Jehová. Entra tú, pues, y lee de este rollo que escribiste de mi boca, las palabras de Jehová a los oídos del pueblo, en la casa de Jehová, el día del ayuno; y las leerás también a oídos de todos los de Judá que vienen de sus ciudades”. (Jeremías 36:5-6. Puedes leer todo este episodio en Jeremías 36:1-26).

Junto con Jeremías y otros, fue llevado a Egipto contra su voluntad: “No obedeció, pues, Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de la gente de guerra y todo el pueblo, a la voz de Jehová para quedarse en tierra de Judá, sino que tomó Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de la gente de guerra, a todo el remanente de Judá que se había vuelto de todas las naciones donde había sido echado, para morar en tierra de Judá; a hombres y mujeres y niños, y a las hijas del rey y a toda persona que había dejado Nabuzaradán capitán de la guardia con Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, y al profeta Jeremías y a Baruc hijo de Nerías, y entraron en tierra de Egipto, porque no obedecieron a la voz de Jehová; y llegaron hasta Tafnes”. (Jeremías 43:4-7).

Baruc fue un fiel sirviente que no ocultaba su pesar por las calamidades que sufrió junto a Jeremías. Pero tuvo una especial consideración por parte de Dios, pues le envió a través de Jeremías un mensaje personal de consuelo y esperanza: “Palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en el libro estas palabras de boca de Jeremías, en el año cuarto de Joacim hijo de Josías rey de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel a ti, oh Baruc: Tú dijiste: !!Ay de mí ahora! porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso.   Así le dirás: Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra. ¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres”. (Jeremías 45).

El testimonio arqueológico sobre Baruc

Lo que se ha descubierto no ha sido el sello de Baruc, como vimos en el caso de Jezabel, sino la huella dejada por su sello en dos bullas.

Las bullas eran como "documento" de arcilla que se usaban en las transacciones comerciales: pequeñas, esféricas, moldeadas en arcilla y sobre las cuales se estampaba el sello de la persona que avalaba la transación, o el compromiso en cuestión.  Probablemente, cuando en Jeremías 32:6-14 se formaliza el contrato de compraventa de la heredad de Hanameel, se certificó mediante este tipo de bullas (“… la hice certificar con testigos” [Jeremías 32:10]).

La primera bulla apareció en 1975 junto con otras doscientas en posesión de un anticuario palestino.

 

Tenía una inscripción en peleohebreo: “Perteneciente a Berechiah (Baruc) hijo de Neriah”. Se la dato entre finales del siglo VII y el principio del VI antes de Cristo, época durante la cual vivió tanto Jeremías como Baruc. La compró un coleccionista israelí que permitió al arqueólogo Nahman Avigad informar de su existencia. No hay certeza del origen de esta bulla, pero se ha especulado que quizás provenía de la “casa de la habitación quemada” que excavó Yigal Shiloh. Actualmente la bulla se encuentra en el Museo de Israel.

 

La segunda apareció en 1996, con la misma inscripción:

Esta bulla tiene una huella dactilar, quizás del mismo Baruc.

El hecho de que estas bullas no fuesen descubiertas en excavación oficial y conocida induce a sospechar de su autenticidad. Pero no hay que olvidar que en Israel abundan los buscadores de objetos antiguos con el objetivo de enriquecerse mediante el contrabando de piezas arqueológicas. Por otra parte no hay que olvidar que las dos huellas son idénticas, y no aparecieron a la vez. Esto induce a pensar que ciertamente fue el sello de alguien que en dos ocasiones lo utilizó para avalar alguna transacción o compromiso. Sello, que por la inscripción que contenía, muy probablemente perteneció a Baruc.

Os incluyo un enlace al artículo sobre Baruc en  hmong.es

(El 27/01/2023 todos los enlaces incluidos en este post estaban activos).

 

Pincha aquí para ver el listado de otras bullas o sellos.

 

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