Dios, ¿es o no es necesario?

Dios, ¿es o no es necesario?

^{(Una colaboración de Miguel Sanz)}

¿Qué razones, cuántas evidencias científicas habrán convencido al profesor Hawking de endilgarnos una vez más el sublime descubrimiento que al parecer hizo décadas atrás?

O ¿serán razones editoriales?

Desde luego no es el primero, ni será el último “sabio” que reniegue de su creador.

Hubo un intelectual, paradigma de sabiduría, que recorrió hace siglos su propio camino y alcanzó similar conclusión: Salomón. “Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas, y sus mujeres le desviaron el corazón. Cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres le inclinaron el corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era ya perfecto para con el Señor, su Dios...” (1ª Reyes 11:3-4) Triste final para una vida, comprensible por otra parte, pues tuvo no menos de mil "razones" algunas de cierto peso, sin duda, para olvidar a su Dios.

Al parecer, las razones de Hawking son de índole más seria; nadie creería que sus sucesivas señoras le desorientasen. Son razones matemáticas, físicas, astronómicas; y eso que ninguna de estas disciplinas se ocupa de Dios. Pequeño inconveniente.

Pero nuestro sabio, que es muy listo (por eso es sabio), se limita a decir que Dios no es necesario; que no nos hace falta para explicar el universo. Y esto es algo que los creyentes deberíamos de agradecer a éste y a tantos y tantos científicos que se esfuerzan en descubrir y explicarnos el qué y el cómo.

De la misma manera los creyentes debemos de agradecer que la Biblia nos explique el Quién y el porqué. Esto es lo que Hawking y muchos otros se obstinan en ignorar.

Sin embargo, en la Biblia podemos leer una de las últimas recomendaciones de Salomón: "ACUÉRDATE DE TU CREADOR". (Ecl. 12:1)

Esperemos que nuestro científico conserve algo de la lucidez final de Salomón.
 

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